
Combinaciones de estructuras

Un patronista o un diseñador no opina: mide, constata y adapta.
No se sitúa ni del lado de los más conservadores ni del de los más avanzados; se limita a traducir el cuerpo en proporciones y estructuras para que una prenda siente bien. Esa neutralidad es, al mismo tiempo, respeto y oficio.
Las posibles variaciones de un cuerpo

Si analizamos el cuerpo humano desde el punto de vista externo, encontramos distintas configuraciones posibles según la relación entre estructura interna (ósea) y estructura externa (pecho y genitales).
Entre todas ellas hay dos que consideramos morfologías originarias:

- La masculina (m), cuando estructura interna y externa coinciden en masculino.
- La femenina (f), cuando estructura interna y externa coinciden en femenino.
Las demás son variaciones que resultan de cruzar estas dos dimensiones.
Planteamiento matemático
Definimos dos conjuntos basándonos en las morfologías originarias:
- Estructura interna: {m, f}

- Estructura externa: {mm, mf, fm, ff}

donde la primera letra corresponde al torso (“arriba”) y la segunda a los genitales (“abajo”).
El producto cartesiano de estos dos conjuntos da lugar a 2 × 4 = 8 combinaciones posibles.
Tabla de combinaciones

Representación simbólica
Para mostrarlo visualmente hemos tenido que recurrir a símbolos tradicionales: la hoja de higuera para cubrir lo masculino y la flor para lo femenino.
No es una elección estética, sino la manera de sortear lo que podríamos llamar la moral digital pudibunda, una censura que obliga a disfrazar lo evidente aunque estemos hablando de anatomía.
Conclusión
El patronaje nos recuerda que la igualdad se construye reconociendo la desigualdad.
Cada cuerpo es único, y el oficio del patronista no es juzgarlo ni normativizarlo, sino adaptarlo.
En ese gesto técnico se encuentra también el mayor acto de respeto hacia la diversidad corporal.